Post by Arienë Elunë on Jul 7, 2015 12:21:09 GMT
Arienë Elunë
Esta es la primera pagina que escribo de mi diario, la verdad es que yo lo necesito por que aqui yo puedo expresar mis vivencias, mis memorias y todos mis sentimientos y emociones. Cuando tenga hijos ( si es que los tengo) podré darles este diario para que sepan las vivencias que ha tenido su madre. Me gusta la idea de poder dejar una huella en sus vidas aunque mi vida no es demasiado interesante y ser solo la doncella del rey.
Hace cinco lunas que el Rey cayó herido causa de una emboscada orca. Yo atendí fielmente a mi señor, era la primera vez que ejercia mis conocimientos de sanación ya que el guardia vino a mi desesperado al ver su Rey muriendo de dolor. Yo no lo dudé y fuí en su ayuda dejandome llevar por mis sentimientos hacía él. Sentimientos enterrados en lo más profundo de mi corazón que se encogió cuando le ví tendido en su cama, vestido con su armadura ligera, su pierna infectada en aquella flecha de orco. Actué lo mas profesional que pude, fuí rapida y supe que era lo que necesitaba, unguento para la inflamación, para el dolor y para la infección. Supe que desconfiaba de mi por mi falta de inexperiencia pero pude ganarme su confianza. Pero lo que más me ponia nerviosa era sus preciosos ojos, su mirada. Hacía que mi corazón latiese a mil por hora y era dificil que yo controlara lo que sentía por él y era un amor profundo, fiel y sincero. Un amor secreto que nadie sabía y que lo ocultaba desde el primer momento en el que mis ojos le vieron; Poderoso, sabio, hermoso, un guerrero que habia visto demasiado a traves de una larga vida. Sufrimiento por la perdida de su hermosa esposa dejandole al cuidado de su hijo pequeño.
Yo me veo insignificante, poca cosa, no era nada a su lado, solo una simple doncella de clase baja, tal como me hizo sentir su hija, la princesa. Pero por encima de todo, nadie podrá quitarme los sentimientos que yo tengo hacía él por que son mios. No podré estar a su lado, no seré correspondida, sufriré, lo sé. Pero lo que yo siento, nadie tiene el derecho a arrebatarmelo.
Arienë Elunë